Se dice fácil pero… ¡Ahorrar puede ser fácil!
- Vale Ibarrola
- 11 sept 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul 2019

¡Amigos! Sé que muchos de ustedes me han estado pidiendo un post sobre inversiones o fondos para el retiro y créanme que ya lo estoy preparando, sólo téngame un poquito de paciencia para ir avanzando en el orden adecuado para que nadie se me vaya a asustar por no contar con la información necesaria. De cualquier forma, para que no se me desesperen, pueden enviarme un correo a valeria@finanzasmillennials.com y con gusto responderé sus preguntas.
Antes de comenzar con el post de la semana, me gustaría preguntarles:
¿Cómo vamos con el seguimiento de sus gastos? ¿Algún descubrimiento?
Probablemente, más de alguno ya se sorprendió al descubrir cuál es su principal gasto o ya se me preocuparon porque andan en números rojos.
Tranquilos, lo importante de ese ejercicio es ir tomando conciencia de nuestra realidad y estoy segura que la gran mayoría de ustedes no tiene problemas catastróficos, sólo será cosa de irnos poniendo serios y crear mejores hábitos. Aunque si tu ya de plano te sientes muy agobiado, escríbeme y revisamos tu caso a detalle.
Pero ahora sí, vamos al tema de la semana: ¡El ahorro!
Una vez que comenzamos con el seguimiento de nuestros gastos, nos será fácil detectar aquellos gastos innecesarios que sabemos que podemos reducir o eliminar por completo y destinar ese dinero para dos fines súper importantes:
Irle bajando a esas deudas que no nos dejan dormir o,
Comenzar a ahorrar para ir cumpliendo sueños que hemos estado postergando, pero también para crecer nuestro fondo para el retiro e iniciarnos en el atractivo mundo inversionista.
El día de hoy, vamos a comenzar con el ahorro y la próxima semana entraremos con las temidas deudas.
Entonces, seguramente más de alguna vez ya te debes haber preguntado ¿Cuánto debería estar ahorrando? ¿Si sólo puedo ahorrar poquito mejor ni ahorro?
Una de las reglas más populares de finanzas personales, que viene de un libro buenazo llamado “El hombre más rico de Babilonia”, es que deberías ahorrar el 10% de tus ingresos siempre. Desde mi punto de vista, 10% puede ser lo mínimo con lo que comiences a formarte el hábito del ahorro y conforme vayas agarrándole la onda (Y cariño), hay que irlo creciendo lo más posible hasta alcanzar por lo menos el 30% de tus ingresos.
De aquí, ya nos encontramos con mil y una teorías que rondan en internet, que la regla del 50-20-30, la regla del 50-40-10, mejor la del 40-30-20-10 y así podemos seguirle. La realidad, es que los porcentajes que pueden funcionar para ti y tu estilo de vida, pueden ser inútiles para alguien más. Lo importante aquí, es que consideres siempre ese apartado de dinero y lo vayas creciendo conforme mejores tu situación financiera y siempre a la par del incremento de tus ingresos. Ok Valeria, ¿Y qué pasa si luego de analizar mis gastos no queda espacio para el ahorro? Bueno, en este caso te recomiendo que le des otra revisada a tus gastos y comiences a ponerte creativo, ya sea para encontrar formas diferentes de reducirlos (Compartir el carro con compañeros de trabajo, preparar comida en lugar de comprar, llevarte tu cafecito de casa, etcétera), o para ir detectando esas habilidades especiales, a las que podrías sacar provecho para lograr uno que otro ingreso extra. Creando tus metas de ahorro
Ya definí el monto de mi ahorro y ahora, ¿Qué sigue?
1. Identifica el monto mensual RECURRENTE
Es importante que desde ahora identifiques la cantidad que, dentro de tus posibilidades, puedes destinar para ahorrar. No importa si por ahora piensas que es muy poco, siempre y cuando seas súper serio respetando ese mínimo y, a menos que ocurra una eventualidad, siempre ahorres por lo menos esos $100 que ya definiste el día de hoy.
2. ¡Quítate el dinero de las manos!
Aunque ya te sientas policía financiero y digas que vas a ahorrar el 50% de tus ingresos, si ese “ahorro” lo tienes en la misma cuenta que tus gastos diarios, es muy probable que termines gastándolo. Para evitar esto te recomiendo que abras una cuenta separada, por ejemplo una “Inversión a la vista” en el banco que recibes tu nómina y que programes retiros domiciliados quincenales de acuerdo al monto que definiste para tu ahorro. La mayoría de bancos cuentan con esta opción y no hace falta más que solicitarles el alta y contar con el servicio de banca en línea.
La gran ventaja, es que tu dinero no queda en tu tarjeta, lo cual da tremenda tranquilidad si te la llegan a robar o clonar y, por otra parte, el dinero ya no está tan accesible en caso de que te agarre una compra de impulso.
Por otra parte, si eres de los afortunados que en su trabajo cuenta con una caja de ahorro, ¡Date de alta pero ya!, aprovecha este gran beneficio que tu empresa te está otorgando.
3. Inicia con un fondo de emergencias
Aquí es importante aclarar un principio básico:
No es lo mismo que ahorres para invertir que para formar tu fondo para emergencias.
Cuando estás iniciando tu ahorro, tu primer meta será construir un fondo que te permita atender situaciones no planeadas, desde que se te descomponga el carro hasta que pierdas tu trabajo. Este dinero lo debes tener guardado de forma “semi-accesible”, pero no tanto como para esos “Necesito unos jeans nuevos o moriré de tristeza”.
¿Cuánto deberías tener en tu fondo de emergencias? Una forma de estimarlo sería determinando el tiempo que tardarías en conseguir un empleo nuevo o el que te llevaría levantar de nuevo tu negocio si la cosa no resulta como lo esperas ¿3, 4, 6 meses? Multiplica tu respuesta por tus gastos fijos mensuales y agrega 1 mes extra por cualquier eventualidad, ese debería ser el tamaño de tu fondo de emergencias.
Por ejemplo, supongamos que conseguir un nuevo empleo te llevaría alrededor de 3 meses y que tus gastos fijos mensuales son de $7,000:
Monto necesario para 3 meses = 7,000 * 3 meses + 7,000 de colchón
Fondo de emergencia = $28,000 ¡Ésta es tu primera meta!
4. Ahorro por objetivos
Una vez lograda la meta del fondo de emergencia, comenzaremos a pensar en instrumentos de inversión adecuados de acuerdo a tus objetivos, considerando siempre tu ahorro para el retiro y siguiendo con planes de corto y mediano plazo como ese viaje a Europa, independizarte de tus papás o iniciar tu propio negocio.
Hasta aquí ya tenemos las bases para iniciar en el camino de la independencia. Sé que puede sonar complicado, pero todo esto se trata de hábitos, así como cuando empiezas a hacer ejercicio.
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