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¿Existen las deudas buenas?

Actualizado: 1 jul 2019



Aunque sería posible vivir 100% sin deudas, la verdad es que esto no sería tan accesible para la gran mayoría de la población y en ocasiones, tampoco lo más inteligente. Existen ciertas ocasiones en las que puedes acelerar la consecución de ciertos fines y crecer tu patrimonio inteligentemente, sabiendo utilizar el dinero de alguien más.


Entonces: ¿De verdad son tan malas las deudas? ¿Deberíamos huir de ellas a como dé lugar?
La respuesta es... Depende...

Antes de adquirir una deuda, deberías pensar el fin para el que la vas a utilizar y cómo te encontrarás después de ella.


Si tu situación financiera después de adquirir y pagar tu deuda mejora, podemos concluir que esa deuda te ayudó a construir algo, a partir del cual podrás seguir aumentando tu patrimonio.


Si por el contrario, te ves apretadísimo para pagar, sufres cada vez que llega tu estado de cuenta y cuando por fin terminas de pagar sientes que el banco o quien sea que te haya prestado te “robó”, temo decirte que de esa deuda si debiste haber huido desde el inicio.


Y ¿Qué pasa si me endeudo porque “no me quedó de otra” para sobrevivir en el mes? Aquí será importante recordar que el crédito no es un aumento de sueldo, no es dinero extra del que puedes disponer, es un instrumento que te ayudará a adquirir el día de hoy los bienes para los que tendrías que ahorrar por cierto tiempo.


Si lo vemos de cierta manera, el crédito lo deberías manejar como un ahorro a la inversa, en lugar de apartar dinero para comprar algo en el futuro, lo adquieres hoy y mes a mes vas apartando ese dinero para pagarle a quien te “ayudó” a adelantar tu compra.


Si vives para pagar deudas, es momento de hacer una intervención inmediata y de recortar tus gastos lo más posible hasta que saldes esa cuentita.


Como bien lo dice Sofía Macías en su libro Pequeño Cerdo Capitalista (Si no lo has leído, ya va siendo hora),
“Tu deuda no es culpa del banco”

Si bien es cierto que el crédito en México es de los más caros que existen y que nuestros bancos pueden no ser de lo más claros al momento de "explicarnos" los términos del mismo, la realidad es que nadie nos obliga a tomar sus productos sin investigar y comparar con otros, y mucho menos nos ponen una pistola para gastar a diestra y siniestra con la tarjeta de crédito sin saber cómo haremos para pagarla.


Técnicamente, nunca deberías endeudarte por una cantidad que supere el 30% de tus ingresos o podrías verte en serios problemas para pagar.


Si lo que pagas es más de este 30%, tu deuda está fuera de control. Y eso significa que corres el riesgo de que siga creciendo hasta que un día te aplaste (lo cual queremos evitar).



Tipos de deudas


Ahora sí, de acuerdo a lo que platicamos en el apartado anterior, es importante aprender a diferenciar las deudas buenas de las malas, unas que te ayudarán a mejorar tu situación y otras que sería mejor que las guardes en una caja fuerte y te alejes lo más rápido que puedas.



Deuda “buena” o deuda constructiva


Por principio, es la deuda que adquieres para generar más dinero y cuyas condiciones de pago son realmente favorables. Es el dinero de alguien más, que te presta con condiciones aceptables (Nada de tasas gandallas) y que utilizas para generar un valor mayor al que te costará su pago.


Un ejemplo de esto podría ser el crédito que solicitas para comprar inventario para tu negocio que después venderás y podrás pagar tu deuda teniendo cierta ganancia. También podría ser el préstamo que solicites para estudiar una maestría que a largo plazo incrementará tu valor profesional y te permitirá acceder a mayores ingresos.


En términos muy generales, tiene sentido endeudarse para adquirir bienes o servicios que puedan:

  1. Aumentar su valor con el paso del tiempo, como una casa u otro inmueble.

  2. Generar ingresos a futuro, como los gastos para el lanzamiento de un negocio o tu maestría.

  3. Reducir gastos durante la vida del préstamo por importes que superan los costos del financiamiento, como un refrigerador que gasta la mitad de energía que el viejito que ahora tienes.

  4. Mejorar la calidad de vida actual para generar más ingresos, como adquirir un auto que te permitirá llegar más rápido a tu trabajo actual o que te abre la posibilidad de tener otro más y llegar a tiempo.

En todos los casos, debemos siempre realizar un presupuesto añadiendo el pago del crédito y nunca meternos en una deuda que de antemano sabemos que no podemos pagar.

Yo también agregaría, que siempre es importante contar con una cantidad ahorrada para pagar los gastos iniciales de un préstamo y reducir las mensualidades e intereses, como cuando ahorramos lo más posible para tener un enganche alto y que las mensualidades de nuestro auto sean menores.



Deuda "mala", deuda destructiva o ¡Deuda huye ahora!


Incluye cualquier deuda para comprar bienes que no necesitamos o que no podemos permitirnos (Como esa televisión de 80 pulgadas para mi pequeña sala o ese auto carísimo de París que hasta miedo da sacar a la calle).

En este infierno de las deudas también encontramos a todos los préstamos cuyos plazos de pago sean superiores a la vida del producto financiado. ¿De verdad quieres pagar dos años por el celular que en un año estará todo lento o por esas vacaciones que duraron sólo unos días?

Para gastos que se consumen rápidamente siempre siempre es preferible ahorrar hasta poder pagarlos de contado.

Finalmente, una vez que puedes diferenciar entre una deuda constructiva y una destructiva, será importante dimensionar si tienes la capacidad para afrontarla.


¿Recuerdas el seguimiento de tus gastos? Con esa información podrás armar un presupuesto simulando el pago de tu nueva deuda para determinar tu capacidad para hacer frente a una nueva deuda.


Inicia primero con la regla del 30%, revisa si el pago de ese y todos los créditos que tienes no supera el 30% de tus ingresos. Luego, checa si al descontar todos tus gastos (Incluyendo el ahorro) a tus ingresos tendrás suficiente para pagar sin verte muy apretado.


Para terminar, asegúrate que comparaste la mayor cantidad de opciones para adquirir el bien que tanto deseas y que el crédito que vas a tomar es el mejor de todos.


Y si tienes dudas, siempre puedes escribirme en el apartado de contacto o enviarme un correo.


¡Hasta la próxima semana millennials financieros!

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