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Lo que te interesa saber del interés



Cuando comenzamos a avanzar en el mundo de las finanzas, invariablemente nos toparemos con un concepto que a veces resulta medio escalofriante: El interés.


Pero la realidad es que, aunque hablar de intereses a veces nos puede dar miedito, generalmente es porque no estamos viendo el lado que nos puede traer beneficios.


Todo dependerá del papel que estemos jugando...


¿Eres deudor o inversionista?


Desde el punto de vista del deudor, el interés es el peor de todos los males, ya que incrementa su deuda y le quita el sueño.


Desde el punto de vista del inversionista, el interés es la herramienta que le permite incrementar su capital a través de los rendimientos generados.



Pero ¿Qué es exactamente el interés?


En palabras simples, es el beneficio o utilidad que se obtiene a partir de un monto de dinero que se invierte o se presta.


Desde la perspectiva financiera, el interés es el precio del dinero, la cantidad que pagamos por “comprar” dinero que no tenemos o lo que ganamos por prestarle a alguien más.

Existen dos tipo de interés:

  • Simple, aquel que se calcula siempre sobre nuestro capital inicial.

  • Compuesto, aquel que va sumando los intereses generados al capital inicial, generando nuevos intereses.

En el mundo financiero, son realmente pocos los instrumentos que utilizan el interés simple, ya que el interés compuesto es la base de la mayoría de operaciones y el principal motivo por el cual luego nos andamos haciendo bolas para entender de dónde salió el numerote del estado de cuenta.


Así que, para dejar estas confusiones, hoy vamos explicar las bases de este concepto para que en adelante, lo podamos utilizar a nuestro favor.



La magia del interés compuesto


El interés compuesto surge cuando los intereses se acumulan al capital con el que iniciamos y por tanto, dichos intereses también generan intereses. Es el famoso “interés sobre interés” que hemos escuchado por ahí.


La principal característica del interés compuesto, es que surte un efecto multiplicador en el dinero, permitiendo incrementar la riqueza en forma de bola de nieve que acumula el monto sobre el cual se generan rendimientos, o aumenta la deuda inicial acumulando de igual forma los intereses a pagar.


Para tenerlo más claro, en la siguiente tabla encontrarás comparado el comportamiento del interés simple contra el del compuesto:




Si lo vemos como inversionista, al invertir los mismos $100 pesos con la misma tasa de interés, al final de 5 meses tendríamos $11.05 pesos más con un esquema de interés compuesto que con el simple.


Esto viene de la acumulación de los intereses al monto inicial, lo cual solemos llamar como efecto de “avalancha” o “bola de nieve”, ya que este comportamiento permite que una inversión llegue a multiplicar su poder adquisitivo en el tiempo.


Por lo tanto, mientras más y más pronto comencemos a invertir, mayores serán las ganancias que obtendremos.

Si lo vemos como deudor, con interés compuesto nuestra deuda sería $11.05 mayor a la del interés simple. Así que ¡Cuidado!, ya que el efecto multiplicador de los intereses en las deudas, también llamado “capitalización de intereses”, puede volverse un verdadero dolor de cabeza al hacer que nuestra deuda inicial se incremente considerablemente.


En conclusión, será muy importante que antes de adquirir cualquier producto financiero nos aseguremos de que comprendemos cómo funciona y el tipo de interés que estaremos pagando o recibiendo.


Espero que este breve post les ayude a aclarar sus dudas sobre el interés y poco a poco seguiremos avanzando con estos temas financieros que realmente no son tan complicados como aparentan.


Hasta la próxima semana!

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